jueves, 29 de enero de 2009

EL METROPOLITANO

Llovía; nunca hubo tanta gente
en el metro de Barcelona.
tardaba el tren. Una gran fiesta
metropolitana parecía:
Yo, hundida en el periódico;
no sé quién me raptaba
si el fútbol, o las elecciones.
Leí tanto, como quien se prepara
para un examen de prensa.
¡El Ave con destino a Madrid!
Fue la noticia.
Me empujaron al montar, la gente estaba
como loca de tanta espera.
Más fuerte fue la sorpresa al ver
lo que no quería ver: ¡Mi ex-novio!
Y juro que me sentí niña ingenua,
por sus sus requiebros con otra chica:
“Eres la mujer más bella _díjole
tus ojos azules me convierten en nubes
y me creo digno de besar tu cielo,
porque tanta belleza expuesta a la luz
no puede impedir el ardor de otros cuerpos”
Fueron sus palabras inéditas para mi.
__¿Será él? __dudé un instante.
Era una tarta de manzana la boca de la chica,
reía con ánimo de ceder a los requiebros,
y de ser la fruta en sí, ¡en toda su natura!.
Fue la pareja que apabiló a los agentes.
fueron momias, y duendes fueron.
¡Cuántos melodramas tuve que ver!
Y juro que yo volaba más que el ave.
Más cuando en la oscuridad de la noche
estalló un beso.
Me creí una nube en tiempo de sequía,
¿El Ave? Una tromba supercelda era!
Y ardió mi cuerpo,
en la fragua de aquel beso póstumo...!:
que en mi boca siempre dejó frío.
¡Qué largo fue el viaje!

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