jueves, 29 de enero de 2009

CELO GITANO

¡Ay, gitanillo de tierra adentro!
Después que te di abrigo
y bebiste en mi copa sin oro y sin ná.
¡Qué extraviado te siento!
Es olor de otro ajuar
que me reta a lidiar, por tu amor.
Hoy vamos a poner
las cartas sobre la mesa.
Hablemos claro:
¿Qué te pasa conmigo?
¿Por qué tanta sordera?
¿De quién tu mordente mudez?
¿Quién te tiene malherido
con sus heces que te da a beber?
Ya lo sé todo: veo entre los dos
una saltarina que te besa,
te abraza, enseña sus carnes
y se muere de risa: ja, ja, ja...
¡Aquí la chula soy yo!
Si me quieres conocer
no te metas en careo de mujer
y déjame, así ¡Verónica!
Tengo el miedo en el basto
y anestesia en mi piel,
soy gitana zalamera
con el mundo en pos de mi,
doy la fe y la caridad
pero en este lance resuelto
pondré mi espada en trance
y daré una zumba punzante
a la daga de esa mujer.

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