jueves, 29 de enero de 2009

CON VENDAS EN MIS OJOS

La célibe muchacha de bruces en su pecho,
de un franco desengaño mi mente quedó presa
truncados mis anhelos, quedó mi ser deshecho,
buscando en los recuerdos de toda su promesa.

Alzarme en la distancia pretendo del despecho
no creo que otro amor me quite el bum que pesa
curando las escaras con nuevo tornalecho
ni que sea del cielo la más feliz sorpresa.

Al fin sigo la senda con vendas en mis ojos
haciendo mis orejas más sordas y galindas
¿Mi boca? ¡Cual auténtica sonrisa de un payaso!

¡Qué importan mis arrugas se plieguen siempre lindas
cual si fuera un libreto borrando sus enojos,
ni a Venus ni a Cibeles le haría yo tal caso!

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