jueves, 29 de enero de 2009

EL SILFO DE MIS UVAS

Cual silfo que llega de incógnito
en las alas del viento
llegaste a mi vida una tarde de verano.
Te quise, y me quisiste ¿Recuerdas
cuántas uvas derramaba la atmósfera
en nuestros labios?
Como si los dioses de las vides
quisieran hacer pregón de sus néctares.
Fue un eterno solsticio,
para un invierno asustado
Para mi siempre, el silfo fuiste:―
enamorado, o no….pero siempre
el silfo de mi amor!
¡Ay, de la uva podrida
que a nuestras bocas icor dejó!
Valga el raudal del tiempo
que los rasguños al fin borró.
Hoy te llegas con nuevas uvas:
uvas sin pieles
uvas que amelan
uvas menjurjes
uvas trémulas
uvas agoreras
uvas prodigiosas
y las mismas ansias aladas de amar.
Amor mío…¿Cómo negarte mi uva única?
Es las mimas aquellas, que púsome
un día en tu regazo como si fuera:
¡Un ramillete de uvas!
y un reguero quedó… ¡de nuestras pieles!
Al saborear tantas uvas.
Tal quedó mi mente: alada en tus alas!...¡Silfo mío!
¡Ven dame los besos más uveros de tu boca¡

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