jueves, 29 de enero de 2009

AMARGA DESPEDIDA

Aún late en mi sien
el beso que me diste tan viril
aquella mañana al clarear
ahogando mi llanto
para decirme adiós
para decirme, espérame.

Pero el tiempo pasa a raudal
el silbo del cartero
el consejo del amigo
cada rosicler son cómplice
de tu ausencia sin final,
me lastiman como cardos
cuando zurcen el vacío de mi corazón.

¡Ay, Dios mío!
Tú que ves mi acostarme
y mi levantarme
tú que sabes de llagas carcomidas
tú que ensalzas mi oración
por tu gran amor
regrésalo
a mi.

1 comentario:

  1. Querida Mari Luz, versos con una emotiva carga de sentimientos que como siempre me han llegado al alma
    Felicidades corazón, un beso grandetella

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