Como el embrujo oculto que se ignora
mi vista no llegó a palpar la ciencia
del duende conque se nombra la ausencia
como este de tu adiós que me devora.
Si digo que en tu embrujo mi alma mora:
es porque si me falta tu querencia
soy como el ave sin arborescencia,
que ya no canta a la luz de la aurora.
Si me dejan las cortes celestiales
tomar entre tus besos o perderte
diría que yo sólo por ti vivo.
Que el cielo me transporte a sus umbrales
cual gesto de Dios santo y compasivo
si no puedo jamás volver a verte.
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