¿Para qué me quieres hablar
 después de matar nuestra flor? 
Es inaudito que quieras volver 
ni es sano así querer. 
Cuando mis labios te besaban 
con ansia libidinosa de amor 
te embriagaste en los festines espumosos 
donde la copa acaba de juez. 
Como quien busca aliviar o perder la cabeza. 
¡Maldita orgía borracha!
 ¿Qué buen gusto hallaste al beber
 o fue otra boca tu dulce placer? 
Ni la espuma de tu cerveza era de la vida 
tan fugaz como mi ser por tu amor perdida.
 ¡Que de veras quieres volver? 
Pero cuando comparo mis vinos puros ahora 
como de amor bonito, 
con tus tragos amargos: 
es imposible que mi alma se desdoble 
para mostrar otra cara. 
Dime: todo lo bien que te fue. 
o dime cuántas son tus alhajas 
para que pagues tus deudas de ortiga 
como dicta la ley de la vida. 
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario